"Hay un primer plano en "Shame" de la cara de Michael Fassbender mostrando su dolor e ira. Su personaje, Brandon, está teniendo un orgasmo. Pero no hay interés por lo que ocurre en la parte inferior de su cuerpo. No hay interés por su pareja. Está soportando una relación sexual que hace tiempo que dejó de darle algún placer y es un auto-abuso en su significado más profundo.
Brandon es un apuesto hombre de 30 años que vive solo en un apartamento de Manhattan. Él trabaja en un cubículo frente a un ordenador. A veces en la noche, él y su jefe David salen a beber a bares de solteros. David es un poco hiperactivo en este escenario, mientras Brandon apenas se sienta allí, impasible, y tiene mejor suerte que su compañero. Pero él no tiene la esperanza de tener suerte. El sexo es su cruz. Recuerdo que cuando el concepto de adicción sexual fue mencionado por primera vez la gente lo trataba como si fuera una broma. La Asociación Psiquiátrica Americana en 1987 lo definía como un trastorno mental que implica "el sufrimiento sobre un patrón de repetidas conquistas sexuales ... que implican una sucesión de personas que sólo existen como cosas para ser utilizadas"
La APA ya no considera que sea un trastorno. Sea lo que sea, en "Shame" el protagonista es el único que se utiliza a sí mismo. La cinta convierte en una mentira el supuesto universal de que los orgasmos proporcionan siempre placer. La primera imagen muestra a Brandon despierto en la mañana, mirando inmóvil el techo. Él podría ser un hombre decididido a suicidarse. Se levanta de la cama, entra en la ducha y se masturba. Será el primero de sus muchos orgasmos. Nunca revela la emoción. Él vive como un hombre obligado a seguir un curso inevitable. Es frío con la gente. Con las prostitutas, con los compañeros de trabajo, con los extraños. En el metro, mira a una mujer con atisbos de coqueteo. ¿Lo hace realmente? Él no sonríe. La suya es una vida terrible.
Un día llega a casa y alguien está ahí. Pensamos que puede ser un intruso. Es su hermana. Le pide que se vaya, le grita, a pesar de no tener adónde ir. Su vergüenza se esconde detrás de la privacidad. No quiere testigos de sus prostitutas, su pornografía, sus masturbaciones.
No muchos actores tienen la valentía que ha tenido Michael Fassbender para protagonizar este papel. Ya mostró un coraje similar con "Hunger" en 2009 y también en esta ocasión hace un gran papel. "Shame" es un gran ejemplo de cine e interpretación. Pero no creo que fuera capaz de verla una segunda vez" (****)
1 comentarios:
Muero por verla, debe ser una verdadera obra maestra sin lugar a dudas.
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